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viernes, 30 de mayo de 2014
Lo esencial es invisible... por Pilar Jericó
En una
encuesta realizada hace años en Francia, el 89% de los participantes
reconocieron que el hombre necesitaba encontrar un sentido a su vida y es
probable que actualmente nos enfrentemos a un vacío existencial. Para evitarlo,
lo rellenamos con aquello que después tememos perder, ya sea juventud, belleza,
una casa envidiable o un puesto de prestigio. En definitiva, creemos que
nuestra identidad y nuestra valía personal dependen del tener, que no del ser.
Y ese es el origen de nuestros miedos. Difícilmente podremos perder lo que
somos, pero sí lo que poseemos; y, sin lugar a dudas, perder la juventud es ley
de vida. Quizá nos hemos empeñado en buscar la felicidad donde no se encuentra.
Si pensamos en quiénes han sido relevantes para nosotros, no destacaremos a los
más atractivos, sino a los que nos han querido tal y como somos, con nuestros
defectos y nuestras arrugas. Aquellos que nos han hecho sentirnos importantes y
únicos. Antoine de Saint-Exupèry, autor de El principito, lo resumía del
siguiente modo: "Lo esencial es invisible a los ojos". Y qué razón
tenía. La auténtica belleza no puede verse y todos podemos aspirar a ella,
independientemente del cuerpo que tengamos. En la medida en que sepamos
aceptarnos, reconocer nuestros límites, asumir que no podemos luchar contra el
tiempo y, lo que es más importante, aprendamos a querernos tal y como somos,
seremos más felices.
Pilar
Jericó directora general de Be-Up y
escritora.
Articulo
publicado en el diario El País 12 diciembre 2011
miércoles, 28 de mayo de 2014
Ligeras de equipaje
Debemos aprender
a deshacernos del lastre que arrastramos y que insistimos en que nos acompañe
permanentemente. Sentimos su peso, su carga, el malestar que nos produce y aún
así continuamos con él.
Descubramoslo, enfrentemonos a él a pesar del miedo que nos cause y saltemos
las barreras que nos impiden avanzar sin ataduras.
“...,le quité importancia al tiempo durante
más de dos décadas y me perdí en la postergación ,en el ”¡Ya lo haré! ¡No
importa! ! qué más da ! ” Reír al
viento de Sandra Barneda
martes, 27 de mayo de 2014
Palabras para reflexionar: “ Deber” o “ Querer”
¿sabemos identificar cuando actuamos
“debiendo o queriendo”?
Ser conscientes de que tomamos nuestras propias decisiones es el primer paso para negociar con nosotr@s mism@s.
viernes, 23 de mayo de 2014
Cuando la vida nos sorprende…
Hay ocasiones en que no somos nosotros los que decidimos, es la
vida la que lo hace por nosotros.
Cuantas veces hemos repetido la frase: - yo esto o aquello, no lo
haría por nada del mundo- , - no podría hacerlo, no sabría afrontarlo - . Pero
luego llega la cruda realidad y es ella la que decide y nos obliga, nos ordena realizar alguna de las cosas a las que en
algún u otro momento habíamos asegurado ser incapaces de llevar a cabo.
No sabemos a dónde podemos
llegar hasta que la vida nos sorprende y nos lo enseña.
Mañana me toca uno de esos –nunca podría hacerlo- , me angustia, es
cierto, pero sé que puedo hacerlo a pesar de todo el dolor que me causa. Hubiera
dado todo por que esa situación no hubiera llegado nunca, pero aquí es dónde no
elegimos, la vida lo hace por nosotros y aquí la negociación no es posible.
A pesar de la teoría que todos sabemos, el nerviosismo ante lo
desconocido cuesta controlar y hace que
el estado emocional se altere ante cualquier pequeño tropiezo sin importancia;
necesitamos descargar la presión
interior que nos causa la acción que debemos llevar a cabo.
Mi abuelo murió de muy mayor y siempre repetía:-vivir para ver-,
cuanta razón tenía!!! , yo aún no he legado a su edad, pero constantemente me
lo digo a mi misma.
La vida nos sorprende constantemente, unas veces de forma agradable
y otras no tanto; pero a pesar de todo estar vivo es sorprenderse, es
simplemente VIVIR.
jueves, 22 de mayo de 2014
Sobre Liderazgo Femenino recomendamos el libro: La mujer líder, el talento femenino en la empresa. De Marta Romo
Una nueva forma de gestión empresarial.
“La mujer líder” profundiza en
las claves del liderazgo femenino en la gestión empresarial, con casos reales
de mujeres empresarias que ejercen con gran éxito sus habilidades de una manera
distinta, como muestra de la extraordinaria versatilidad de la mujer: sentido y
sensibilidad; escucha y empatía; alegría y atención; conciliación y
flexibilidad; capacidad de trabajo y humanismo; optimismo y superación;
intuición e ingenio. Todo un ejemplo de gestión, metodología y liderazgo que ha
resultado exitoso y que añade un elemento diferencial respecto a la tradicional
-y a menudo caduca- gestión masculina.
La autora es una gran experta
en el desarrollo de proyectos de consultoría estratégica para destacadas
organizaciones.
El libro trata sobre las
cualidades específicas de la mujer en la gestión directiva, una realidad cada
vez más presente en las empresas y en la sociedad en general.
La obra está enmarcada en la
nueva colección Planeta Empresa, que tan buena acogida ha tenido en el mercado.
martes, 20 de mayo de 2014
Lokavore nos invita a su primer aniversario!!!
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alimentos de proximidad
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08008 Barcelona
viernes, 16 de mayo de 2014
Cincuenta años y diez mil días por Neus Arqués
Neus Arqués es escritora y trabaja como analista.
Está
convencida de que la visibilidad es el nuevo petróleo, porque hoy el recurso
escaso es la capacidad de atención: si no te ven, no te compran.
La
visibilidad es el tema transversal de sus libros, sus conferencias y de su
Lista.
En junio cumplí los cincuenta.
Al grito de “¡Cincuenta!” nos ponemos firmes. Hemos cruzado
el meridiano, porque a los babyboomers la genética todavía no nos garantiza que
lleguemos a centenarios. ¿A qué dedicaremos los próximos diez mil días?
Lo suyo es reinventarse. A medida que la esperanza de vida
se alarga, las opciones se multiplican. No sólo vivimos más: queremos vivir
distinto. Si rondas mi edad, esto es lo que te pregunto: ¿Crees que tu vida ya
está diseñada o que tienes todavía margen para crearla? Si cuentas tu futuro en
días, lo piensas con más cuidado. No hay tiempo que perder.
“Reinventarse” es un verbo en auge. Nos imaginamos nuevos
universos personales, a poder ser exóticos. La narrativa suele empezar con “Lo
dejó todo y se fue a…”. Cambio de trayectoria. Cambio de pareja. Cambio de
país. Frente a esos reset radicales, me interesa la reinvención desde la
atención. No desde lejos sino desde dentro. Estoy empeñada en volver a ser
quien soy, no en ser otra.
Vivo un tiempo confuso, de falsa normalidad. Parece como si
todo estuviese en su sitio. Como si pudiésemos conciliar. Como si tuviésemos
las mismas oportunidades de promoción. Como si las aprovechásemos. Sin embargo,
a poco que rascas ves que la mujer ocupa un puesto muy claro en sociedad, en
economía, en política y en tecnología: el segundo.
¿Saldremos de la invisibilidad? Cuando calculas que te
quedan diez mil días, te preguntas hasta cuándo saldrás a dar la cara. Porque
salir a dar la cara cansa, pero no salir duele. Te preguntas si la mejor opción
es “fluir y no resistirse” –como me recomendaba un amigo recientemente- o si
batallar tiene todavía un sentido. La respuesta para mí depende de la
oportunidad. Escoger bien las batallas, porque todas desde luego no se ganan.
Una de las que me importan tiene que ver precisamente con el derecho a
reinventarse.
Nuestra vida se escribe hoy en múltiples plataformas
on-line: al otro le basta consultarlas para hacerse una idea de cómo somos y
cómo nos ha ido. La tecnología construye nuestra narrativa personal.
Mi generación, que ya era adulta cuando se masificó el
acceso a Internet, tiene una vida que no consta. Si hubo fotos, éstas
amarillean en algún álbum con cubierta de cuero granate repujado. Ese pasado
privado continúa siéndolo. Por eso ahora podemos crear otro presente, ya que
del pasado sólo existe nuestra versión. Mi generación es la última que podrá
reinventarse. Éste será el gran privilegio.
Sin embargo, reinventarse debería ser posible también para
los que vienen detrás. ¿Cómo? Para empezar, me gustaría que habláramos (más)
del tema, en vez de darle al “me gusta” a la menor ocasión. Que entendiéramos
que las redes sociales son empresas cotizadas y no ONG. Que nos sintiéramos
responsables de nuestra identidad digital –y de la de nuestros hijos- del mismo
modo que velamos por la integridad física. Que aprovecháramos las ventajas que
la tecnología ofrece en beneficio propio. Que como sociedad consensuáramos un
modelo identitario –y, ya puestos, paritario- que de margen a la posibilidad y
al olvido, de modo que podamos volver a empezar en vez de cargar con nuestra
mochila digital de forma irremediable.
Puede que a esto, a cómo las personas, los proyectos, las
ciudades nos reencontramos y nos reinventamos, dedique los próximos diez mil
días.
Articulo publicado en:
jueves, 15 de mayo de 2014
Fabula de Esopo: la codicia
Hoy en una de las reuniones que realizamos periódicamente
un grupo de mujeres ha surgido el lamentable tema de las envidias, problemas
familiares…, me ha parecido oportuno recurrir a una de las fábulas de Esopo.
Fabula: relato breve con moraleja.
Siempre pensamos que van dirigidas a los niños, pero los
mayores deberíamos contárnoslas a menudo.
Hay dos tipos de personas: las que intentan tener lo
suficiente para vivir dignamente y las que necesitan obsesivamente tener y
poseer.
Fábulas de Esopo:
De la
Antigua Grecia se conservan una serie de narraciones breves
atribuidas a Esopo, escritor griego del que se tiene duda de su existencia. En
estas fábulas los protagonistas son animales. Se utiliza la alegoría y tienen
un carácter moralizante. Fueron de gran influencia especialmente en la literatura
medieval y renacentista.
La Codicia
Cuenta una fábula de Esopo que un perro que llevaba en la
boca un buen trozo de carne se puso a cruzar un río encima de un tronco de
árbol cuando se vio reflejado en el agua. La envidia le llevo a dejar de estar
contento con su trozo de carne al ver en el río a otro perro reflejado, que
llevaba un trozo de carne en la boca que le parecía más grande y jugoso.
Desesperado se lanzó ladrando contra el perro reflejado en el agua que era él
mismo, y en la maniobra se quedó sin su trozo de carne.
Quería todo; lo suyo y lo que pensaba que llevaba otro
perro en la boca y que incluso creía que era mucho mejor que su propio trozo.
No supo valorar su propio premio, su trozo de carne, lo que ya tenía, pensando
que debía tener lo suyo y lo del otro.
El mayor valor de esta situación no era tener “todo” sino
tener lo suficiente, lo necesario, lo que ya tenías. Si tienes codicia no te
bastará con tener un buen trozo de felicidad, ni tener dos trozos te servirá.
Ni tan siquiera tener lo tuyo y lo de tus vecinos. Quieres siempre tener TODO.
martes, 13 de mayo de 2014
Autoestima y aprobación: ¿Cuánto valgo? Por Alicia E. Kaufmann
Según Luis
Hornstein* existen cuatro modalidades de
autoestima:
- Autoestima es alta y estable, el sujeto "no necesita defenderla", su autoestima "se defiende sola".
- Alta pero inestable, el sujeto "percibe como amenazas las críticas y los fracasos".
- Baja e inestable, está "a la espera de acontecimientos exteriores que la puedan elevar".
- Establemente baja, "se dedica a cuidar ese poco que le queda."
La autoestima es un estuario turbulento. De muchos ríos: la
infancia, las realizaciones, la trama de relaciones significativas, pero
también los proyectos (individuales y colectivos) que desde el futuro nutren el
presente. La hacen fluctuar la sensación (real o fantaseada) de ser estimado o
rechazado por los demás; el modo en que el ideal del yo evalúa la distancia
entre las aspiraciones y los logros. La elevan la satisfacción pulsional
aceptable para el ideal y la sublimación. También la imagen de un cuerpo
saludable y suficientemente estético. Intentan socavarla, simultáneamente, la
pérdida de fuentes de amor, las presiones superyoicas desmesuradas, la
incapacidad de satisfacer las expectativas del ideal del yo. Sin olvidar las
enfermedades y los cambios corporales indeseados.
Las bases de la autoestima se establecen en la infancia,
pero la autoestima va variando en las otras etapas de la vida.
El síndrome del impostor es crónico en personas con baja
autoestima que piensan que no merecen el reconocimiento logrado. Para ellas, la
verdad es otra y en algún momento saldrá a la luz. ¿Quién soy? ¿Cuáles son
mis cualidades? ¿Cuáles son mis éxitos y mis fracasos, mis habilidades y mis
limitaciones? ¿Cuánto valgo para mí y para la gente que me importa? ¿Merezco el
afecto, el amor y respeto de los demás? ¿Estoy trabajando bien? ¿Descuidé a mis
personas queridas? ¿Mi vida es acorde con mis valores?
Para cada uno hay un entramado de proyectos que son
com-partidos o compartibles y que implican el reconocimiento del otro. Ese
entramado está siempre renovándose y de él deriva la autoestima. Como los
proyectos son muchos y los reconocimientos difieren, es posible tener una buena
autoestima en el terreno intelectual y una frágil en lo afectivo. Es difícil
que fracasos y logros no irradien sobre otros sectores. Las bases de la
autoestima se establecen en la infancia, pero la autoestima va variando en las
otras etapas de la vida. Incluso en una misma etapa, puede ser más o menos
alta, más o menos estable. La autoestima es alimentada desde el exterior.
Se podrían comparar las estrategias de inversión con las
que usamos para la autoestima. La cantidad y calidad del amor recibido durante
nuestros primeros años constituye un capital inicial. Los "grandes
inversores", que disponen de un importante capital de salida, realizan
inversiones que suponen cierto riesgo, pero que pueden generar muchos
beneficios. Los "pequeños ahorristas" temen perder lo poco que poseen
si corren riesgos; invierten con prudencia. De ese modo, sus beneficios están a
la altura del riesgo: son bajos. Aplicado a la autoestima, este modelo
"financiero" permite,
comprender por qué las personas con alta y baja autoestima utilizan
estrategias distintas.
Las primeras tienen una actitud más audaz ante la
existencia: corren más riesgos y toman más iniciativas, y obtienen mayores
beneficios. Los segundos, son más precavidos y prudentes: se muestran
reticentes a correr riesgos. ¿En qué grupo te encuentras?
Alicia E. Kaufmann es Catedrática de Sociología.UAH. en Mujeres & Cia
viernes, 9 de mayo de 2014
cap de setmana, fin de semana,weekend!!!
Recorda: el cap de setmana també és per la dona; reserva el teu temps...
Recuerda: el fin de semana también es para la mujer; reservate tu tiempo...
Recalls: the weekend is also women; take your time...
martes, 6 de mayo de 2014
cada minuto es único
Qué difícil resulta desmontar, en poco tiempo, todo lo que
construyó a lo largo de los años y con tanto amor, una persona querida !!!
l@s que hayáis pasado por este duro trance lo sabéis; las
que hemos pasado varias veces por ello, podemos afirmar, que por muchas veces
que toque ejercer este difícil papel, nunca aprendes… Aquí la experiencia no sirve.
Cada ser que se va de tu lado: es único, como también lo es el dolor que se
siente.
Todos construimos nuestros lugares, nuestros rincones
preferidos y los llenamos de “cosas” importantes para nosotros: nos alegran la
vista, nos hacen sonreír, sentir bien, estar cómodos…, pero un buen día, todo
se acaba. Volver a esos lugares provoca un caos emocional increíble, estás tan
irascible que cualquier cosa o situación
provoca un desfile interminable de sentimientos: rabia, ira, alegría,
euforia, pena, tristeza…
Sólo puedo decir que el tiempo es el único que ayuda pero
no cura.
Disfrutad cada minuto de los que os rodean y queréis, es lo
único realmente importante y por lo que vale la pena vivir.
Philomena, un drama…, simplemente entrañable!!!
Vamos borrando de nuestra
“lista de pendientes” otra película PHILOMENA,
Clasificada como Drama por
el trasfondo que conlleva pero llevada a la pantalla de forma: dulce, agradable
y con mucha simplicidad.
Basada en un hecho real
recogido en la novela 'The Lost Child of Philomena Lee', de Martin Sixsmith.
Reparto: Judi Dench, Steve Coogan, Sophie Kennedy Clark, Mare
Winningham, Barbara Jefford, Peter Hermann, Sean Mahon, Anna Maxwell Martin,
Michelle Fairley, Wunmi Mosaku, Charlie Murphy, Cathy Belton
País: Reino Unido
Martin Sixsmith es un
cínico y descreído periodista caído en desgracia que, un buen día, se encuentra
con la historia de su vida: Philomena Lee, una humilde pero siempre
bienintencionada mujer de setenta y tantos años que se ha pasado los últimos
cincuenta buscando a su hijo. La historia de Philomena es una que ha tratado de
ser silenciada durante medio siglo y habla de cómo la estricta sociedad de la
época le robó a su recién nacido y la condenó a ingresar en un convento como
castigo por quedarse embarazada tan joven. Ahora el periodista y la anciana,
pero valerosa mujer, decidirán unir sus fuerzas y se embarcarán en un viaje
inolvidable entre dos continentes, en busca de la verdad y de la justicia, y
que les cambiará a ambos para siempre.
Una crítica a la injusticia
y un canto a la vida!!!!
viernes, 2 de mayo de 2014
¿Para qué vivir la vida? Por Mercedes Úbeda
Vivir la vida para nada no es
vivirla , es consumirla sin más y eso,
cuando se te acaba por vía natural, acabas descubriendo que “te dejó con
hambre”. La vida hay que vivirla para algo. ¡Todos tenemos una razón!. Si das con la tuya, ejércela. ¡Ah! y si no la encuentras es que estás
buscando mal. Mira dentro de ti, vaya a
ser que estés perdiendo el tiempo “en las afueras” cuando la razón máxima que te mueve la llevas
guardada ¡vete tu a saber dónde!
¿QUÉ ENTIENDES DE LO QUE VES?
Comprender el verdadero sentido
de lo que acontece a tu alrededor es imprescindible para descubrir tus
razones. Y para entender bien hay que
conectar exterior con interior. ¡Gran
desafío!. Entre otras cosas porque para
que la conexión se haga no tiene que
haber interferencias y, hoy día, todo
está diseñado para que uno se crea que está conectado a sí mismo comprando una
maceta, viendo la televisión u organizando el tiempo libre de manera
compulsiva. ¡Eso no estaría mal si así fuera!
Pero lo que pasa a la mayoría es que en la agitación del ir y venir se
pierde tiempo y al final, se te ha pasado la vida y no has conectado ni lo
mínimo que tu necesitas para saber si estás “enfocando bien”.
Da igual que seas pobre de
solemnidad o el más rico del planeta. Al
final, la receta es la misma en los dos casos: primero sobrevivir; segundo
descubrir qué hago bien y por último averiguar qué pinto en este mundo.
Aquietarse en la contemplación serena de lo que a uno le rodea es clave
para conectar y entender más allá de lo
que se ve.
TU Y TUS CIRCUNSTANCIAS
¿Qué está pasando realmente
cuando todo tiembla a nuestro alrededor?
¿Qué sucede cuando uno mismo es el epicentro de su propio “agujero
negro”?. ¡Podemos conocer los síntomas!.
¡Establecer diagnósticos!. ¡Buscar soluciones! Pero cuando más allá de todo eso lo que
reina en ti es el miedo, con sus mil disfraces diferentes,
es que no estás conectado.
Las circunstancias de cada uno
son su propio camino de aprendizaje. Da igual que seas pobre de solemnidad o el
más rico del planeta. Al final, la
receta es la misma en los dos casos: primero sobrevivir; segundo descubrir qué
hago bien y por último averiguar qué pinto en este mundo.
¡Hay que hacer los deberes para,
contra viento y marea, entender y corregir el rumbo! ¿Hacia dónde? Hacia el estado natural del ser humano: paz
interior y sentimiento de plenitud.
VIDA UTIL
Una vida tiene que ser útil para
quien la posea. La utilidad debe estar
enfocada a lo que dije al principio: “a que cuando se te acabe por vía natural
no te deje con hambre”.
Individualidades aparte, es de
todos conocido cómo nos ponemos los
humanos cuando tenemos que
soltarla. La emprendemos con la
nostalgia de lo no vivido, de los amores perdidos, de lo que dejamos, por no
hablar del miedo que nos entra a dar el salto al otro plano y por no hablar
también de lo más o menos doloroso que nos haya resultado envejecer, enfermar,
si es que hemos enfermado, y un sinfín de temas más que me dejo en el tintero.
Si necesitas sentir que tu vida
es útil, quizá te merezca la pena pensar en que de aquí te vas. ¿Qué sientes
que es lo importante para ti llegado ese momento?
¡TRANSFORMAR DE A POQUITOS!
La vida es, de principio a
fin, un acto trascendente de tu exclusiva responsabilidad frente al mundo y que no te pertenece más
allá de él.
Lo que cuenta para convertirla en
algo valioso de verdad es comprender que todos somos capaces de
desarrollarnos para transformar de a poquitos
lo negativo en positivo abriendo un diálogo con nosotros mismos y nuestro ser
profundo para dejarnos fluir en nuestra verdadera naturaleza. ¡Tenemos el potencial!, otra cosa es que
queramos darnos cuenta y lo saquemos adelante.
Quizá sencillamente no podamos. Puede ser. Sobre todo si hemos dejado
nuestro destino en manos de los demás y nos hemos resignado a él.
Mercedes Úbeda,
Abogada, Comunicadora, empresaria y columnista en Mujeres & Cia
jueves, 1 de mayo de 2014
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