Hay ocasiones en que no somos nosotros los que decidimos, es la
vida la que lo hace por nosotros.
Cuantas veces hemos repetido la frase: - yo esto o aquello, no lo
haría por nada del mundo- , - no podría hacerlo, no sabría afrontarlo - . Pero
luego llega la cruda realidad y es ella la que decide y nos obliga, nos ordena realizar alguna de las cosas a las que en
algún u otro momento habíamos asegurado ser incapaces de llevar a cabo.
No sabemos a dónde podemos
llegar hasta que la vida nos sorprende y nos lo enseña.
Mañana me toca uno de esos –nunca podría hacerlo- , me angustia, es
cierto, pero sé que puedo hacerlo a pesar de todo el dolor que me causa. Hubiera
dado todo por que esa situación no hubiera llegado nunca, pero aquí es dónde no
elegimos, la vida lo hace por nosotros y aquí la negociación no es posible.
A pesar de la teoría que todos sabemos, el nerviosismo ante lo
desconocido cuesta controlar y hace que
el estado emocional se altere ante cualquier pequeño tropiezo sin importancia;
necesitamos descargar la presión
interior que nos causa la acción que debemos llevar a cabo.
Mi abuelo murió de muy mayor y siempre repetía:-vivir para ver-,
cuanta razón tenía!!! , yo aún no he legado a su edad, pero constantemente me
lo digo a mi misma.
La vida nos sorprende constantemente, unas veces de forma agradable
y otras no tanto; pero a pesar de todo estar vivo es sorprenderse, es
simplemente VIVIR.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario